Desde su invención en el siglo XIX, el relé no ha dejado de evolucionar con nuevos materiales y distinta estructura. Estos dispostivos son muy utilizados en muchos sectores y con finalidades muy diferentes. Es por eso que la variedad de ellos tambien es amplía, adaptandose a cada contexo, entorno y requisitos. La division mas clara para clasificarlos es según el uso del electroimán (electromecánico) o no (estado sólido).
Relé de tipo armadura (convencional): Compuesto por un electroiman que al ser excitado provoca el movimiento de una estructura (armadura), y en consecuencia el cambio de estado de sus salidas. Suele ser mas económico y aguanta corrientes mas altas que el resto. Son muy versátiles en función de su instalación (relé de núcleo movil, polarízado, de lengüeta, multitensión...). Por el contrario su desgaste es mas significativo.

Relé de Estado Sólido: No contiene partes móviles, diseñado para aguantar una frecuencia de conmutación bastante más superior a lo convencional. De esta forma evitamos el desgaste temprano y fallo del relé. Hay que tener muy presente que tipo de corrientes va a trabajar, dado que su capacidad de disipación del calor no es muy alta.

Rele temporizador (multifunción): Es un relé (de estado sólido o electromecánico) que al ser introducida una corriente eléctrica sobre el circuito de ontrol, existe un retardo (configurado previamente) antes de abrir o cerrar el circuito de potencia.

Otros tipos de relés son aquellos especificos para instalaciones mas concretas. Los reles de sub/sobre tensión, de orden y presencia de fases o los relés térmicos, son habitualmente usados para la protección de los motores